El chucrut es una fermentación acidoláctica del repollo típico de Alemania, donde se mezcla para contrarrestar los efectos negativos del consumo de carne, y de esta sobre la salud. Al fermentar repollo, las bacterias lácticas (como los lactobacillum o los bifidubacterium) aumentan los microorganismos beneficiosos que mejoran la calidad de nuestra microbiota o pared intestinal, restablecen el pH del intestino delgado, refuerzan el sistema inmune, mejoran el proceso digestivo y la absorción de nutrientes. El repollo fermentado es rico en enzimas y probióticos, tienen altas cantidades de vitamina E, B1, B2, C, y minerales como hierro, calcio, fósforo y magnesio. Esta maravilla de alimento se puede comprar ya hecho, pero hay que prestar atención porque la mayoría de las veces se encuentra disponible pasteurizado, de modo que habrá perdido sus propiedades.
Quitar las hojas grandes externas al repollo, hasta que aparezcan las hojas mas limpias y compactas. Reservar las mejores hojas externas bien limpias lavadas con agua fría.
Picar el repollo bien finito o bien pasarla por rallador y ponerlo dentro del bol.
Añadir sal y masajear el repollo picado por 10 min. El volumen del repollo se verá reducido, porque irá soltando agua. Puedes incorporar semillas de pimienta, orégano fresco, 1 cucharadita de cúrcuma en polvo, jengibre o la especia de tu preferencia.
Rellenar el frasco de vidrio presionando al mismo tiempo bien fuerte hacia abajo, con tu mismo puño.
Cuando falten 4 dedos para llegar al borde del frasco, poner las hojas reservadas limpias a modo de tapa, para hacer de aislante y presionar. El secreto de una buena fermentación es que ninguna parte de mi repollo picado quede en contacto con la superficie, sino que quede todo absolutamente sumergido, y por eso esta super tapa de aislante cubierta de líquido.
Cerrar con la tapa y mantener a temperatura ambiente sin luz directa.
Dejar fermentar mínimo una semana. Cuánto mas tiempo fermente, más aumentará su sabor.
Mantener en el refrigerador y consumir ante de 6 meses.